10 noviembre 2009

¿Sonia 03 (dNS) o No Sonia 02?: Más sexo (y 2)

Lunes, 16:10 horas (aprox.)

Ella se incorpora. Se sienta sobre mis piernas. Se acerca. Primero, sus tetas chocan con mi pecho. En simultáneo, sus labios chocan con los míos. Puede decirse exactamente eso: nuestros cuerpos chocan. O, mejor dicho, el de ella choca contra el mío. Refriega sus tetas contra mi pecho, contra los pelos de mi pecho. Su lengua explora en mi boca. Mi pija no tarda en responder, en especial cuando comienzo a percibir el calor de su entrepierna, la humedad, sus pendejos que pinchan con suavidad, que se enredan. Se detiene, se separa un poco, se incorpora.
-Esperá acá -dice-. No te muevas.
Sube la escalera corriendo. Tarda unos segundos, baja corriendo. Trae forros. Me coloca uno. Luego, vuelve a la posición anterior. Mueve la cintura hacia adelante y atrás, refriega la concha contra mi pija. Su lengua entra en mi boca, pero también sus gemidos cada vez más frecuentes. Le acaricio las piernas, y ella separa su cabeza de la mía, la aleja hasta que sus tetas quedan a mi disposición. Chupo. Paso la lengua, succiono y sus pezones se endurecen al tiempo que, abajo, se refriega con mayor violencia. La tomo de las cachas del culo, aprovecho que es pequeña y la levanto apenas. Ella entiende, abre más las piernas y cuando la suelto, despacio, ella hace que todo entre donde tiene que entrar. El calor que rodea mi pija es aún más grande que el de su piel, que vuelve a estar en contacto con la mía.
-No te muevas -dice-, dejame a mí.
La dejo a ella.
Primero se queda quieta, como si disfrutara de esa inmovilidad, o como si deseara comprobar cuán adentro llega la pija. Sonríe. Me pasa una mano por las mejillas, una caricia que parece ser un premio, o un reconocimiento, o no sé. Luego, comienza a moverse. No hacia abajo y arriba, sino adelante y atrás. Cuando retrocede, se las ingenia para que su clítoris roce mi pubis. Cada pelo ensortijado lo siente. Gimo. Ella también. Tiene la cara roja. Supongo que yo también.
-No te muevas, eh -insiste.
Empieza a acelerar. Adelante y atrás. Nunca arriba y abajo. Hay un instante en que se mueve a los costados. Hace que la pija toque todas las paredes de su interior, y sonríe. Sus movimientos son seguros, tanto que no me atrevo a desobedecer. Me quedo quieto.
-¿Te diste cuenta de que encaja perfecto? -me dice, pura sonrisa.
-¿Ya me puedo mover?
Asiente.
La tomo de las cachas del culo. Presiono. Ella lanza un gritito. Mis manos demarcan el ritmo y la dirección. Arriba y abajo, primero despacio y luego fuerte. Luego no necesito demarcar nada. Ella salta, y no tarda en gritar con la cara pegada a mi pecho.
Se queda quieta.
Estiro las piernas, como para indicarle que salga. Sale, baja hasta el piso. Me espera boca arriba. Caigo sobre ella. Entro. Me rodea con las piernas.
-Dale, hijo de puta -dice.
Me muevo. Y no tardo prácticamente nada. Me quedo sobre ella, que me sigue rodeando la cintura con sus piernas.
Nuestra respiración tarda en serenarse.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

uy!

y todo... en unas horas.



La Otra Maja

Diego Grillo Trubba dijo...

Otra Maja, bien ahí prestándole atención al tiempo.

Anónimo dijo...

pará un poco con este tipo de post, una no es la "dama de hierro".


Deo

Diego Grillo Trubba dijo...

Deo, me atengo a los hechos.

Gizmo dijo...

¿A los hechos?

Guarda Elemental, que te esforzaste demasiado para demarcar que esto es ficticio como para que sea ligereza.

Anónimo dijo...

es ficticio, hay que fijarse en el tiempo, ahí está la clave.

Deo

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