26 febrero 2010

Sonia 04 (dNS): Los mensajes

De Elemental para Sonia 04 (dNS): "Hola, cómo estás. Te escribo con una curiosidad. Sé que esto del Facebook de catalogar de "amigo" a la gente no tiene que ver necesariamente con la amistad, pero de todas formas me pregunto, dado que me agregaste, ¿nos conocemos? Espero me sepas disculpar si en efecto nos conocemos y me olvidé, suelo ser bastante despistado".

De Sonia 04 (dNS) para Elemental: "No, Elem, no nos conocemos, jajajajajaja. O sí. Yo te conozco, porque sigo tu blog desde hace rato. Me divierto mucho, jajajajajaja."

De Elemental para Sonia 04 (dNS): "Bueno, me alegra que lo que escribo al menos le divierta a alguien. Igual, te aclaro que lo que se cuenta en el blog es un poco distante de la realidad, por decir lo menos y no lo más. Por otro lado, viendo tu edad, me da un poco de vergüenza haber escrito las partes subidas de tono, ja. ;) "

De Sonia 04 (dNS) para Elemental: "Jajajajajajajajajaja. ¡Las partes porno son las mejores, nene! Jajajajajajaja. ¿Así que hay diferencias entre lo que se cuenta en el blog y la realidad? ¿Las partes porno son irreales? Jajajajajajaja."

No sé por qué, pero siento que acabo de meterme en flor de quilombo.

25 febrero 2010

Sonia 04 (dNS): La edad, las imágenes

Una mañana recibo un mail. El remitente es José Facebook, que aparentemente me escribió para avisarme que Sonia 04 (dNS) desea ser mi amiga. Clickeo en el "aprobar amistad" -o algo así-, y enseguida descubro que el estado civil es "soltera", pero, alarma, que nació en 1987. Es decir, 16 años después que yo. Es decir, que tiene 22 y eso transforma mis 38 en una carga pesada, imposible. La foto del perfil promete, pero es diminuta. Me fijo en las fotos almacenadas. Si bien hay unas cuantas de paisajes -nunca voy a entender para qué mierda la gente las cuelga en un lugar como Facebook, me recuerda a cuando uno va a la casa de alguien que acaba de regresar de vacaciones y te dicen "¿querés ver las fotos?" y antes de que uno responda "no" con absoluta honestidad se encuentra con un album de imágenes donde la persona que se fue de vacaciones se inmortalizó junto a sitios inmortales, y también otras donde jugó a ser fotógrafo profesional y la verdad que a uno no le mueven un pelo, por suerte, para cuando nos preguntan qué nos parecen las fotos, existe la palabra "lindo"-, es también generosa en cuanto a fotos de ella. Parece petisa, morocha, pelo lacio, ojos oscuros -imposible determinar si negros o marrones-, una sonrisa que parece conquistar cualquier cosa que se proponga. Tiene, también, dos tetas voluminosas. Eso me hace temer que sea "gordita", pero me fijo en los brazos y resultan delgados. A medida que avanzo en las imágenes, que la veo con sus amigas, con su perro, con sus cosas, me siento viejo. Hace demasiado que no me entusiasmo con hacer esa clase de pelotudeces. Quizás crecer sea eso, perder el entusiasmo. En ese sentido, vivimos años adultos. Los ochenta fueron esperanzadores, los noventa individualistas, pero esta última década se caracteriza por una apatía y desesperanza abrumadora. En fin. Vuelvo al perfil, descubro un dato que se me había pasado por alto: es de La Plata. O sea, nos separan 16 años y unos cuantos kilómetros. Sin embargo, Sonia 04 (dNS) es muy bonita. Demasiado, diría. Investigo, y se unió al grupo de Facebook que indica "Yo sigo a Elemental". Ya me resulta divina.
Cuando le escribo para saber por qué me agregó como amigo, me siento un viejo verde. Pero eso sí: sonrío.

24 febrero 2010

Sonia 04 (dNS): Cosas del Facebook

Al principio me adherí al Facebook porque lo hacían mis conocidos. Aún estaba en pareja con No Sonia, por lo que evidentemente no era con fines de seducir a nadie. Ya con la ruptura, comenzó a adquirir otro cariz.

Creo que soy el único tipo que continúa siendo tímido incluso en el mundo virtual. Por ejemplo, me resulta imposible agregar a alguien como “amigo” si no lo conozco previamente. Me atrevo a decir, incluso, que el Facebook eligió la palabra más inadecuada para agregar contactos. ¿Qué es eso de “amigo”? Eventualmente, deberían agregarse más categorías: “levante”, “compañero de trabajo”, “seguidor”. Que alguien lo agregue a uno como “amigo” no significa nada, porque si uno intentara avanzar sobre el otro –en mi caso, la otra- podría recibir como respuesta “pero yo quería ser tu amiga, tal como lo indica el Facebook y la invitación que te envié”. En ese sentido, la elección de Facebook por la palabra “amigo” parece ser, a todas luces, un homenaje a César Banana Pueyrredón –espero los lectores más jóvenes me disculpen por la cita ochentona-, una condena a que todas la relaciones se tiñan de la pátina de amistad supuesta.
Por si fuera poco, está el tema de las fotos. Resulta evidente que cuando alguien acepta la oferta de otra persona a “hacerse amigo en el Facebook” lo primero que hace –luego de chequear si completó la casilla “estado civil”- es mirar las fotos. Detesto que la gente se identifique con una imagen ficticia. Tanto, que yo mismo opté por una de Obelix, pero porque creo que representa mi carácter. Más allá de eso, uno mira las fotos. Resulta evidente que evalúa como si se tratara de un book de escorts –uno de esos a los que misteriosamente nunca tuve acceso-, pero luego… está lo de “amigos”.
Además, como nunca agrego a nadie por iniciativa propia, me debato en las preguntas acerca de por qué me agregaron. ¿Quién es? ¿Me conoce? ¿Me espía? ¿Me desea? ¿Me odia y desea burlarse?
Creo haber dado con una solución. Cuando alguna dama me agrega “como amigo”, luego de chequear las fotos y el estado civil, siempre envío un mensaje aparentemente inofensivo pero potencialmente abrepuertas para quien desee entrar en mis habitaciones. El mensaje dice algo así como, palabra más, palabra menos, “disculpame que te escriba, pero me agregaste como amigo en Facebook; sé que esto no implica una amistad en el sentido riguroso del término, y en ese sentido me disculpo de antemano por lo que debo preguntarte, ya que si nos conocemos quedaré como un maleducado que te olvidó, pero, ¿nos conocemos? ¿por qué me agregaste?”.
La respuesta que recibo –si la recibo- puede ser abrepuertas. Fundamentalmente, si incluye un “jajajajajaja” o algún equivalente. El “jajajajajaja” implica que entienden que el mensaje que envié es medio en joda, medio tantear terreno. Medio que entran en el juego.
Y así es como conozco a Sonia 04 (dNS).

23 febrero 2010

¿Sonia 03 (dNS) o No Sonia 02?: Despedida

Domingo.

Su familia llega a la noche, cogemos a la mañana. Luego no. Luego almorzamos, luego miramos "Alta fidelidad". Callados. Hablamos poco y nada. Creo que no hay mucho para decir.
Se termina, los dos lo sabemos.
Por un instante imagino esta imagen: la acompaño hasta la casa, me quedo en la esquina y veo cómo estaciona un auto del que bajan su marido y los hijos. Ni siquiera sé cómo se llaman.
Ni siquiera sé la causa de la angustia, cuando nos despedimos en la puerta del edificio.
Una angustia que desaparece.
Lo bueno es que todo pasará. Lo malo es que todo pasa, siempre.

03 febrero 2010

¿Sonia 03 (dNS) o No Sonia 02?: Sábado.

Sábado.

Así como ayer ni cogimos, hoy no nos vestimos en todo el día. Cogemos todo el tiempo. Sólo paramos para respirar, tomar agua, ir al baño. Nos bañamos juntos, y cogemos en la bañadera. En un momento suena su celular, ella atiende. Habla. Luego de unos minutos, dice "hasta mañana" y corta. Luego, seguimos cogiendo.

¿Sonia 03 (dNS) o No Sonia 02?: Cena

Viernes, 21 horas.

Cocino. Fuimos juntos al supermercado. Los dos tirábamos del carrito. Los dos elegimos los productos en medio de las góndolas. Me costó conseguir azafrán. La colita de cuadril se la pedí al carnicero, porque los cortes empaquetados suelen ser una mierda. Mientras esperábamos, ella apoyó la cabeza en mi hombro.
Cocino risotto a la milanesa con colita de cuadril. El risotto implica que debo estar veinte minutos de pie, revolviendo y echando caldo para que lo absorban los granos de arroz. Ella está de pie, junto a mí. En un momento me toca el paquete, pero es más un juego que otra cosa. No cocino prolijo, cocino rico. La cocina es un enchastre, los platos no están servidos con meticulosidad, pero al llevar el tenedor a la boca, al meterlo entre sus labios y atrapar el contenido, ella cierra los ojos. Sonríe. Me mira. No hay lujuria. Creo que hoy no cogimos en todo el día. Creo que tampoco lo haremos. Cenamos, le cuento chistes, ella se ríe, ella cuenta chistes, hago como que me río. Las mujeres, por lo general, no saben contar chistes, y ella pertenece a la mayoría. Es, sin embargo, única.