Sonia 02 (dNS): Security Man is consulting (2)

Miércoles (cont.).

-En una de esas se disculpa -dice Casanova.
-No creo -digo.
-Yo tampoco -dice Casanova-, pero en una de esas...
-Si no te llama para decirte que garchan ahí mismo, echale flí -dice el Editor-. Pensalo así: se vieron tres días y arma este quilombo, esto de cruzarte con cara de orto, no responderte los mensajes. ¿Qué pasa si se ven seis días? ¿Te caga a palos?
-Yo creo que cuando coja se calma -dice Casanova.
-Ey, boludo, que tampoco tengo una varita mágica -digo.
-Todas las varitas son mágicas -dice Casanova-, como todas las mujeres son divinas. Es cuestión de tiempo.
-No, boludo -dice el Editor-. Fue a la casa, franeleó a full y se rajó a la mierda. Echale flí.
-Una vez yo salí con una mina que decía que no se sentía preparada, y garchamos en la cuarta cita -dice Casanova-. Y fue un polvo extraordinario.
-¿Y después? -pregunto.
-No, obvio, era una loca de mierda, tuve que borrarme -admite Casanova.
-Ni le atiendas el teléfono -dice el Editor-. ¿Para qué?
-En una de esas hay un milagro -insiste Casanova.
-¿Sabés algo? -digo-. Aunque haya un milagro, no tengo ganas de salir con esa mina. Sí de cogérmela, obvio. Pero con ese razonamiento tan retorcido lo único que consiguió es que lo único que yo piense de ella es si voy a coger o no.
Los dos me miran en silencio.
-¿Qué pasa? -pregunto, molesto.
-¡Te convirtió en un tipo normal! -grita el Editor.
-Te hacía falta una histérica profesional, Elementalito -sonríe Casanova.
-Son unos forros -digo.
-Mirá -dice Casanova-, te voy a ser sincero: la mina te manipuló desde el minuto cero. Hay minas que creen que eso es copado. La verdad, es una poronga. Tarde o temprano los hombres nos damos cuenta de la manipulación, y les metemos un voleo en el orto. Esta te manipuló. De pe a pa. Y sí, es probable que hoy esté llamando para que vos reacciones, para ver tu reacción, y nada más. Quiere ver si manipuló bien.
-¿Vos me decís que a ella le gusta ir por ahí rompiendo corazones? -pregunto.
-Rompiendo huevos, más bien -dice Casanova.
-Tiene razón -admite el Editor-. La mina armó una estrategia de poder. Fijate qué loco: vos querías alguien sólo para coger, y ella te armó todo el colchón de coincidencias, de miraditas admiradas... ¡Preguntarte qué veías vos en ella! ¡No quería saber de ella, quería saber de vos! Constantemente, quiso saber de vos.
-¿Para tanto?
-Para tanto -dice Casanova-. Vos lo que necesitás hacer hoy, cuando te llame, es dejarla hablar. Y después...
-¿Después qué hago? -me sulfuro.
-Nada -dice Casanova-. Pero nada de nada.
-Totalmente de acuerdo -dice el Editor.
-Vos, un caballero -dice Casanova-. Ni la putees, por más que se lo merezca. Vos, un caballero.
-¿Les parece?
-La mina te tocó el culo -dice el Editor-. Llegó la hora de que vengues tu honor mancillado.