Sonia 02 (dNS): Security Man is padecing an erotic movement

Domingo, madrugada (cont.).

No sé cómo, pero estamos de pie, contra la pared. Bueno, ella contra la pared. Yo muy pegado. La beso. Me besa. Me rodea el cuello con sus brazos. Gime. Gimo. En un momento, alza una de sus piernas, la dobla y la apoya contra mi culo. Empuja hacia ella.
-Te dije que hice danzas árabes, ¿no?
Entonces, el paraíso. Bueno, en verdad el purgatorio. Comienza a refregar su entrepierna contra la mía. Son movimientos circulares, una melodía que eleva mi temperatura a 400º centígrados. Se queman los libros, la biblioteca. El mundo vuela a la mierda.
La tomo de las cachas.
-Te dije que tenés muy buen culo, ¿no? -digo.
Ella sonríe. Bajo mis palmas, siento cómo sus nalgas se endurecen en recompensa. En un momento, la tomo con más fuerza de las cachas y la levanto. Ella me rodea la cintura con sus piernas. Ella está con la pared. Le empiezo a refregar mi paquete, ella sigue con los movimientos circulares. Así como estamos, la sostengo del culo con una mano y con la otra le levanto el pullóver y la remera -o camiseta, o lo que sea-. Pronto, sus tetas están al aire, doblo la columna hacia adelante y chupo. Lamo, chupo, mientras la sostengo de las cachas. Es como estar cogiendo, con el único detalle de que los pantalones siguen en sus lugares. Ella gime, yo gimo.
-Bueno, ya está.
-¿Cómo?
-Que ya está, Elemental, nos estamos yendo a la mierda.
-¿Por qué?
-No voy a aguantar.
-¿Vos estás aguantando?
Como los monos tití del zoológico en sus jaulas, Sonia 02 (dNS) se desprende de mi cuerpo y llega al piso con agilidad asombrosa.
-No estoy aguantando. No estoy preparada.
-Estás aguantando. Me lo acabás de decir.
-¡Es un juego!
-¿Qué juego, el de la oca?
-Estás todo colorado.
-Estoy recontra caliente.
-¿Tenés muchas ganas de cogerme?
-Nunca hago falsas promesas, pero creeme que si te cojo ahora te parto en ochenta.
-Eso está bueno, ¿no?
-¿Qué cosa, que te parta en ochenta?
-No, que podamos llegar a este nivel de calentura. Cuando cojamos va a ser bárbaro.
-¿Vos me estás tomando el tiempo?
-No. Estoy jugando.
-¿Jugando?
-No como los chicos, claro.
Me llevo una mano al rostro. Dentro del pantalón, la pija parece un yunque a punto de estallar. Sé que los yunques no estallan, que eventualmente se derriten al rojo vivo, pero este yunque está a punto de estallar.
-Dejate de hinchar las pelotas, vayamos arriba.
-Te dije que no lo íbamos a hacer, y que confío en vos porque sos de géminis como yo.
-Vos estás viendo si te fuerzo, ¿no? ¿Te gusta que te fuercen?
-Un poco. Pero hoy no.
-Me estoy muriendo, nena.
-¿No está bueno?
-No, no está bueno. Creeme que no.