Sonia 02 (dNS): Security Man is with The Globetrotter, who speak english very well

Viernes.

-Ay, Elementalete. Ay.
-¿Ay?
-Ay.
-Uy.
-¿Venganza?
-Bueno, no sé si es la palabra correcta.
-¿Cómo lo llamarías?
-Mmmmm... ¿Ajuste de cuentas?
-No es palabra, es concepto. Y es lo mismo.
-Es verdad. Pero bueno. No le voy a hacer nada malo.
-Le vas a dejar en claro que es una forra, con lo que planeaste.
-Sí, pero nada malo.
-Y no la podés dejar pasar.
-¿Sabés qué me enfermó? "No me gusta tu forma de relacionarte", dijo la sorete.
-No fue muy feliz que digamos. Una fóbica importantísima.
-Una enferma.
-No tanto. La mayoría de las mujeres somos así, Elementalete.
-Sí, pero no a ese grado, querida, por favor. Un poco de histeria uno se la banca...
-¿Ustedes se la bancan?
-¿La verdad? No. El otro día leí que en una revista femenina decían "nosotras tenemos el poder de dejarlos calientes"... En fin. Nosotros tenemos el poder de cagarlas a trompadas, y con el tiempo aprendimos que no es correcto.
-Ja.
-No es venganza, es ajuste de cuentas. Con la frialdad de un contador pelado, de anteojitos, que trabaja en la última oficina del pasillo de un banco.
-Está muy bien, el plan.
-Tuve mucha ayuda.
-Ja. Los hombres, con tal de ubicar a una histérica, cualquier cosa.
-Ja.
-Y, las mujeres tenemos bastante que aprender. Pero ustedes también, eh.
-¿Qué cosa?
-¿No me decís que la histeria no te seduce?
-Uy, no, cuando empiezan a dar vueltas... Las minas que conocés por chat, ponele. Chateás una, dos, tres veces. Hay onda, te reís y se ríen. Les decís de verse, que es lo lógico. Y ahí empiezan con las vueltas. Que sí, que pero. El pero. Creo que por eso Evita fue la primera mujer importante en la política, porque acompañaba a Perón.
-Ja.
-Ja.
-Bueno, Elementalete, pero si no te seduce, no te enganches.
-Sí, pero tenías que ver con los ojos de admiración que me miraba...
-Vanities, vanities, allways vanities...
-¿Lo qué?
-Nada. El tema es que ponés el carro adelante del caballo.
-¿Y eso?
-Estás pendiente de seducir, pero no de que te seduzcan.
-¿Y eso?
-Si una pelotudita te da vueltas en el chat, le metés un voleo en el orto.
-¿Te parece?
-Me parece. Pero no porque sea "lo que corresponde". Porque a vos no te gusta. Si algo no te gusta, tiene que empezar a ser más importante que si vos le gustás o no.
-Puede ser.
-Puede ser, no. Es. Si te rompen los huevos, no te preguntes tanto por qué generás que te rompan los huevos. Preguntate cuánto vale la pena aguantar que te los rompan. No digo que no hables de nada, que no intentes acercarte a la mina, sea cual sea. Digo que empieces a pensar un poco en vos.
-Epa. ¿Te parece que no lo hago?
-Estás empezando a hacerlo.
-El otro día pensaba: tengo una tendencia a engancharme con locas de mierda, pero tengo la tendencia a escapar a tiempo.
-Eso está bien. Pero me cansa que te vaya mal porque no pensás en vos.
-¿En serio?
-En serio.
-¿No nos vamos a ver más porque te canso?
-No, pelotudo. Te adoro, ¿cómo nos vamos a dejar de ver? A ver, ponele esto. Si te digo algo así, no te preguntes si te dejé de querer, ubicame porque el comentario te resultó doloroso.
-El comentario me resultó doloroso.
-Bueno, Elementale, me chupa bien el ovario. Bancate escucharlo. Defendete.
-Parecés Noriyuki Pat Morita.
-Ja.
-Kwai Chan Kein.
-Ja.
-Obi Wan Kenobi.
-Ja.
-Trotamundos, te quiero.
-Yo también, Elementalete.