09 octubre 2009

El club de adoradores de Asia Argento, reunión 2 (5)

Alguien propone que cada uno cuente el polvo más freak.
Estos son algunos ejemplos.

***

-Conocí a una chica. Preciosa, te diría hermosísima. Carita de angel, culo de Reef. Divertida, inteligente. Salíamos a tomar algo y nos divertíamos una barbaridad. La cosa es que nos besamos, y besaba muy bien. Fuimos a mi casa, la empecé a desvestir, pim pum pam. Fuimos al dormitorio, besándonos. El problema fue cuando se la puse.
-¿Qué pasó?
-Tenía cara de mogólica.
-¿Cómo, cara de mogólica?
-Su gesto de placer era una cara de mogólica.
-No puede ser.
-Les juro. Hacía así, sacaba la lengua y le quedaba para el costado, se le achinaban los ojos... Cara de mogólica.
-Qué feo.
-No te imaginás. Entonces, como así no podía seguir, le propuse que se diera vuelta.
-¿Le dijiste "date vuelta porque tenés cara de mogólica"?
-No, boludos, miren si le voy a decir eso. Le propuse que se pusiera en cuatro para llegar más profundo, o algo así.
-Una solución salomónica.
-Eso pensé. Pero ahí vino lo peor.
-¿Qué?
-La mina tenía rabo.
-¿Cómo, rabo?
-Rabo. Rabito. Como los perros.
-Es imposible.
-Es imposible, pero estaba ahí. Yo se la ponía y a pocos centímetros de mi pubis estaba el rabito.
-Qué feo.
-No sé, era como que el final de su columna vertebral era eso, un rabo.
-¿Y qué hiciste?
-No la volví a ver, por supuesto.

***

Cuando me llega el turno, cuento mi experiencia con cacerolas.

***

-A mí me pasó esto, que no sé si es freak pero sí muy inusual.
-A ver...
-Me presentan una mina y me avisan que la mano viene facilonga, que cortó con su novio luego de muchos años y que está medio desespereti por probar otras cosas.
-Otras chotas.
-Eso. Bueno, nos encontramos. Ella enseguida me elogia, pero en comparación con su ex.
-Uy, eso es un bajón.
-Totalmente. ¿Qué carajo quiero saber yo de su ex? Me empieza a contar que cuando empezó a salir con él eran muy chicos, y enseguida concretiza lo que había intentado significar, para no dejar ninguna duda: el novio, garchando, era un zoquete.
-Era chico.
-Obvio. Siempre las minas con las que cogemos primero van a pensar que somos un desastre en el garche.
-Siempre.
-Bueno. La cosa es que ella empieza a contarme que ella le había tenido que explicar todo al novio, todos esos años, en relación a la cama.
-Esperá, no entiendo.
-¿Qué cosa, no entienden?
-Dijo que los dos habían empezado a salir de chicos. ¿Ella la experiencia de dónde la había sacado?
-Me dijo que leía la Cosmopolitan.
-Puaj.
-Totalmente. Una mina que se quería presentar muy decidida, medio fálica, qué se yo.
-Insoportable.
-Sí, pero con unas tetas que parecían dos misiles. Yo me la quería coger, obvio. Enseguida, para que se callara, la besé. Y al toque nos fuimos para casa.
-¿Y entonces?
-Ahí viene lo loco. Nos desvestimos. Y ahí empieza.
-¿Qué cosa?
-A hablar. No paraba de hablar.
-¿Cómo?
-La desvestía... No sé, le sacaba el corpiño de una, y ella me decía "mirá qué bien, cómo sabés sacar el corpiño".
-¿Lo qué?
-Eso. Y después todo el polvo así. No paraba. Le empecé a chupar la concha, y ella con los ojos cerrados decía "ay, mirá cómo sabe, a él no hay que enseñarle nada". Todo el polvo.
-¿Probaste taparle la boca con una media?
-No.
-Deberías. Se callaba o se ahogaba, pero la cosa se solucionaba.
-Qué loco, ¿no? -dice el Oso Judío.
-Sí.
-Mirá cómo sabía de literatura, la mina -insiste el Oso Judío.
-¿Por?
-Y, cuando se excita empieza "mirá cómo Saer, mirá cómo Saer"...
-No, querido, "mirá cómo sabe".
-Ah.
-...
-Igual, me gustaba más con "mirá cómo Saer".

(nota al margen: a quien contó esto, desde entonces, cada vez que se descuida le hacemos un chiste, que consiste en preguntarle cualquier cosa en público, él responde y nosotros empezamos "ay, mirá cómo sabe").

***

-A mí me pasó algo horrible, una vez.
-¿Qué?
-Me levanté una mina. Medio feucha, pero piola. Nos vamos a la casa. Nos empezamos a desvestir. Ella tenía medibacha.
-¿Se sigue diciendo medibacha?
-Para mí sí, forros. Le saco la medibacha, y cuando llego a los pies descubro dos cosas gelatinosas.
-¿Cosas gelatinosas?
-Cosas gelatinosas, tal como escuchan. Es el día de hoy que no sé qué carajo eran. Se me habían pegado en los dedos, en la palma de la mano. Ella ve que miro mis manos confundido, y me acaricia la cabeza -yo estaba arrodillado a sus pies, en plan romántico-. Y me dice "es para protegerme".
-¿Para protegerse? ¿De qué?
-Eso mismo me pregunté yo, salames. Y de hecho se lo pregunté a ella. Imagínense, yo ahí con esas cosas gelatinosas pegadas a la mano, de rodillas...
-¿Y qué te dijo?
-Que era para protegerse los pies porque la habían operado de juanetes.
-¿Te dijo eso?
-...
-¿Y no se podía guardar el secreto?
-No pude coger, se los juro. No se me paró.

***

-Había una mina a la que me había querido coger toda la facultad. Pero no pude.
-¿Esa es tu historia?
-No se apuren, yo me tomo mis tiempos.
-...
-La cuestión es que, muchos años después, me la volví a cruzar. Calle Corrientes. Cuando todavía era calle Corrientes.
-¿Te ponemos música de tango?
-Váyanse a cagar.
-...
-No cuento nada.
-Dale, no seas boludo.
-Bueno. Ella estaba hermosa, todavía. Le empiezo a hablar, y al toque descubro que tiene alianza en el anular.
-El tiempo pasa y la gente se casa.
-Totalmente. Bueno, me la empiezo a chamuyar. Le digo que está preciosa, que en la facultad siempre había querido cogérmela pero nunca habíamos tenido posibilidad, que en todos estos años yo había aprendido muchas cosas que quería hacerle.
-Bien. Buen chamuyo.
-Sí. Ella, como es lógico, me muestra el anular. Se había casado con un cuadro del peronismo.
-Uf.
-Uf. Me dice que era tarde, que ya no tenía sentido. Y yo la chamuyaba, la chamuyaba... La mina se va, pero antes me deja el teléfono. Entonces la empecé a llamar. Dos meses, la llamé. Si atendía el cuadro peronista, cortaba. Si atendía ella, le hablaba aunque supiera que se ponía nerviosa porque el tipo estaba por ahí. Bueno, la cosa es que la mina finalmente cedió. Un día, al teléfono, me dice en voz bajita que el cuadro peronista se iba a un congreso no sé dónde mierda la semana siguiente. Me pasa la dirección. Yo, para qué. Mandé ropa al lavadero, me preparé, estaba perfecto. Caigo en la casa con un vino. Empezamos a charlar. La trato de besar, y me corre la cara. "Dale, loca, dame un beso que vine para cogerte", le digo. Y ella que no, y yo que insistía. Bueno, al final me da un beso. Varios. Encaramos para el dormitorio. Se la chupo un poco, y descubro que la mina es recontra calentona. Se movía toda, me gritaba "hijo de puta". Se la pongo, y ella empieza "tendríamos que haber cogido hace años, hijo de puta". Todo el tiempo, "hijo de puta". Bueno. La cosa es que en un momento, mientras le estoy dando de frente, la mina me dice "decime algo asqueroso, hijo de puta, decime algo asqueroso"...
-¿Y qué le dijiste?
-Lo primero que se me vino a la cabeza.
-...
-...
-Dale, decí.
-"Moco", le dije.
-...
-La mina me miró, encogió las piernas y apoyó los pies en mi pecho. Mientras me decía "hijo de puta" empujó con todas sus fuerzas, ¡blum!, y yo me fui a dar contra la pared y después contra el piso. Pero no podía parar de reírme.

16 comentarios:

Lumi dijo...

Jajajajajaj como yo ahora que no djo de reirme!!!!!!

bel! dijo...

Jajajaja

Mirá que hay historias!, pero estas geniales! :D

Soy peregrinaperla dijo...

podes tener rabo?
Eso sí que es grave.

esloquehay dijo...

este último es una delicia absoluta, los otros no tanto. Si buscan bien seguro encuentran algo más freak entre tanto polvete.

sole dijo...

Peregrina, creo que del rabo no se vuelve. Trágico

Soy peregrinaperla dijo...

Claro que no, Sole. Aunque viendo todo esto desde la vereda de enfrente, creo que de un relator del acto sexual (esos que dicen "ahora te hago y después lo otro y -lo peor de lo peor- AVISAME), tampoco. Hablemos de eso: de los tipos que te piden que les avises cuando estés por acabar. Los detesto. Querés que te compre un GPS vaginal así sabes por donde voy?

Soy peregrinaperla dijo...

En cambio, creo que lo de los juanetes era remontable. Se solucionaba con un poco de carisma y honestidad. Algo así como: mirá, te aviso que tengo juanetes, pero no te preocupes que no quiero que hagas nada con ellos.

Soy peregrinaperla dijo...

otra cosa imperdonable: los pezones con pelos.

Sole dijo...

uhhhhhhhhhhh peregrina sí! Tal cual. Hay chicas que los muestran orgullosas! Puaj. Debo agregar algo más: Tira de cola. Chicas!!!!! Es parte de la depilación!
Exacto, que te relaten lo que van a hacer tampoco. Como tampoco da esos que te tienen tipo play movil... ¿qué onda?
Peregrina, te debo preguntar, nos gustan los chicos muy peludos? Espero que respondas tu.

Diego Grillo Trubba dijo...

Sole, si la respuesta a tu última pregunta es "no", no autorizo el comentario, qué tanto.

Sole dijo...

Pero Elem! Se pueden depilar un poquito. ¿Tanto les cuesta? Un poquito.

Diego Grillo Trubba dijo...

Sole, no, en mi caso no, ni un poquito.

Soy peregrinaperla dijo...

Sole, la respuesta es NO. Para mí, lampiñitos.
Si no. abro camisa, cierro camisa.
beso!

Sole dijo...

Peregrina, te quiero.

Anónimo dijo...

ufff la ultima historia estuvo genial! aun no puedo dejar de reirme XD uff hasta las lagrimas se me salieron de la risa.. muy bueno elem muy bueno
Klau

Diego Grillo Trubba dijo...

Klau, gracias.

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