Salimos. Empezó a caer el sol, y el frío repunta. Nos encendemos un cigarrillo cada uno. Nos besamos, nos abrazamos. Luego, volvemos a entrar.
***
Hay un momento en el que hablamos del dolor. No es un momento. Es bastante. Ella me cuenta qué cosas le dolieron, yo las mías. Nos lo contamos con las manos tomadas sobre la mesa, mirándonos a los ojos. Cuando ella habla, deseo protegerla. Cuando hablo y me mira, deseo que me rescate de este mundo de mierda.
***
No me cree que soy bueno contando chistes. O sea: me dice que soy gracioso, ingenioso, pero no me imagina contando chistes. Sonrío.
Tres años de talleres de teatro han servido, fundamentalmente, para imitar españoles a la perfección. Para coger un poco, también. Pero imitar gallegos queda para toda la vida.
Le cuento uno, dos, tres chistes. Ella sonríe.
-¿Y verdes? -pregunta en un momento.
-Por supuesto, para las reuniones de amigos. Clásicos chistes de salón.
-A ver, contame uno.
Le cuento el de la pareja de viejos y el 69. Cuando termino, lanza una carajada.
Me tiene tomado bien fuerte de la mano.
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-Me calentás mucho -dice en un momento.
-Vos también a mí -digo.
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Me pregunta por mis escritos. Primero esquivo el tema, pero ella insiste. Le explico que, en su mayoría, son inéditos. En su mayoría, impublicables. Hay dos que estoy hablando con gente de España, pero no sé si va a salir. Cuando digo "no sé si va a salir" intento que no se note que siento "ojalá que salga". Me pide que le cuente de qué van esas novelas. Le cuento. Ella me mira. Parece que le gusta, lo que le cuento.
Podría pasar así toda la tarde.
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Tomamos tres cortados cada uno, salimos varias veces a fumar, besarnos y abrazarnos.
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Ella me habla de sus inseguridades. Es el único momento en el que su mirada busca el piso, repta, se escapa.
-Ey -le digo.
-¿Qué?
-Si sos consciente de esas inseguridades, ya tenés hecho medio camino.
-...
-Está todo bien.
Ella sonríe.
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Yo no hablo de mis inseguridades.
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Me pregunta por No Sonia. Explico someramente. Recalco, siempre, que es una buena mina, casi diría una gran mina. Recalco, además, que me hubiese encantado que la cosa se diera de otro modo -bien, fundamentalmente-. No pudo ser, digo.
-Te veo bien -me dice.
Me encojo de hombros.
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En un momento, hablamos de qué creemos que es el amor. Ya es de noche, afuera.
Adentro, no.
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Suenan los celulares. El de ella y el mío. A la vez. A ella la llama su tía. A mí, el Editor Más Fachero. Todos quieren saber cómo nos está yendo. Los dos hablamos suponiendo que el otro no sabe de qué hablamos. Los dos decimos "hablamos después, mejor". Los dos repetimos bastante la palabra "bien".
Cuando cortamos, nos miramos y, sin decir una palabra, lanzamos una carcajada.
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-Quiero que llegue el sábado -dice ella.
-Yo también -digo.
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-En la semana va a ser muy jodido que nos veamos -digo-, tenemos los horarios re cruzados.
-Seguro que mañana nos cruzamos cuando vayas a dar taller.
-Sí, seguro.
-¿Qué hacemos?
-Yo no tengo ganas de hacerme el pelotudo. ¿Para qué?
Sonríe.
-Nos saludamos al menos con un beso en la mejilla, ¿no?
-Dale -dice, y no se le borra la sonrisa.
-En relación al resto...
-Sí.
-No me gusta mucho hablar por teléfono.
-Nos podemos mandar mensajitos.
-Bueno, dale.
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Pago. Salimos. Está oscuro. Podría decir que Paternal está iluminado para la mierda, pero en este momento nos permite caminar abrazados sin temor a que nadie nos esté mirando.
Nos despedimos con un beso. Largo.
-Hasta el sábado -dice.
-Hasta el sábado -digo.
Cruza la calle. Se mete en el tenedor libre. Espero unos segundos. Luego, le hago una seña a un taxi, que se detiene de inmediato. Me subo.
Vuelvo a casa.
9 comentarios:
la verdad es que da la sensación de que usted sólo remonta cualquier situación. Es decir usted, y solo usted, hizo la conversación interesante.
Ella asintió, tomó su mano y tenía buen culo. A no confundir.
Espero ansiosa la levantada en peso (con razón) del EMF, y las elucubraciones de Casanova sobre esta Homo sapiens histericens.
Serena, sos muy dura.
Serena es justa. La verdad que también quiero leer lo que digan tus amigos. Tengo el presentimiento de que esa chica tiene marido. O algo.
De cualquier modo, elem, qué ternura lo tuyo. Me gusta
esloquehay, probablemente "algo" sea la expresión correcta... Gracias por el piropo.
a mi me pareció todo muuy tierno =)
Dirigías el taller de teatro o lo recibías?
China, entendiste.
Koan, recibía.
"Ella asintió, asintió y tenía buen culo"
JJAJAJAJA!... duro, pero cierto.
En otro orden de cosas... Elemental, vos hablabas de que las todas las locas de mierda te tocan a vos. Sabelo que hay gente más pobre que vos (en materia de minas digo).... yo por ejemplo, que ni locas de mierda engancho.
Salutes!
Juan, es cierto, lo siento.
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