Martes, 16:17 horas (aprox.).
Ya viste la cara del boludo. No es que sonría, tampoco me babeo -sí lo hago cuando duermo tras haber comido de más-. Los ojos. Fijate. Los ojos no engañan. Lo ves. Las pupilas, los iris, hasta el blanco que nos emparenta a todos indica que creo que este lugar, boca arriba mientras ella me cabalga, es el mejor del mundo. La piel me brilla, en cierto modo. Los rulos se erizan, pero para eso deberías aguzar los ojos.
Pero fijate.
Ella alza la cabeza que estaba colgada hacia atrás. Primero mira el techo, luego a mí.
Y tiene la misma cara de boluda.
4 comentarios:
A todos, en algún momento, nos invade la cara (a algunos les dura toda una vida)
Angel de la muerte.
Viste que sigo amorosa, no?
AdlM
Buenisimo lo del Angel de la muerte...
me robó las palabras! ja
Bien! Por lo menos son 2. El tema es cuando la cara de boludo la tiene uno solo.
Sole
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