Al principio me adherí al Facebook porque lo hacían mis conocidos. Aún estaba en pareja con No Sonia, por lo que evidentemente no era con fines de seducir a nadie. Ya con la ruptura, comenzó a adquirir otro cariz.
Creo que soy el único tipo que continúa siendo tímido incluso en el mundo virtual. Por ejemplo, me resulta imposible agregar a alguien como “amigo” si no lo conozco previamente. Me atrevo a decir, incluso, que el Facebook eligió la palabra más inadecuada para agregar contactos. ¿Qué es eso de “amigo”? Eventualmente, deberían agregarse más categorías: “levante”, “compañero de trabajo”, “seguidor”. Que alguien lo agregue a uno como “amigo” no significa nada, porque si uno intentara avanzar sobre el otro –en mi caso, la otra- podría recibir como respuesta “pero yo quería ser tu amiga, tal como lo indica el Facebook y la invitación que te envié”. En ese sentido, la elección de Facebook por la palabra “amigo” parece ser, a todas luces, un homenaje a César Banana Pueyrredón –espero los lectores más jóvenes me disculpen por la cita ochentona-, una condena a que todas la relaciones se tiñan de la pátina de amistad supuesta.
Por si fuera poco, está el tema de las fotos. Resulta evidente que cuando alguien acepta la oferta de otra persona a “hacerse amigo en el Facebook” lo primero que hace –luego de chequear si completó la casilla “estado civil”- es mirar las fotos. Detesto que la gente se identifique con una imagen ficticia. Tanto, que yo mismo opté por una de Obelix, pero porque creo que representa mi carácter. Más allá de eso, uno mira las fotos. Resulta evidente que evalúa como si se tratara de un book de escorts –uno de esos a los que misteriosamente nunca tuve acceso-, pero luego… está lo de “amigos”.
Además, como nunca agrego a nadie por iniciativa propia, me debato en las preguntas acerca de por qué me agregaron. ¿Quién es? ¿Me conoce? ¿Me espía? ¿Me desea? ¿Me odia y desea burlarse?
Creo haber dado con una solución. Cuando alguna dama me agrega “como amigo”, luego de chequear las fotos y el estado civil, siempre envío un mensaje aparentemente inofensivo pero potencialmente abrepuertas para quien desee entrar en mis habitaciones. El mensaje dice algo así como, palabra más, palabra menos, “disculpame que te escriba, pero me agregaste como amigo en Facebook; sé que esto no implica una amistad en el sentido riguroso del término, y en ese sentido me disculpo de antemano por lo que debo preguntarte, ya que si nos conocemos quedaré como un maleducado que te olvidó, pero, ¿nos conocemos? ¿por qué me agregaste?”.
La respuesta que recibo –si la recibo- puede ser abrepuertas. Fundamentalmente, si incluye un “jajajajajaja” o algún equivalente. El “jajajajajaja” implica que entienden que el mensaje que envié es medio en joda, medio tantear terreno. Medio que entran en el juego.
Y así es como conozco a Sonia 04 (dNS).
4 comentarios:
Espero que las entradas vuelvan a ser recurrentes, hacen falta por las tardes,
Un abrazo!
Bien! Una historia nueva! El facebook da para taaanto
Besos!
D
Por cierto, y como dato curioso a propósito de la historia, yo conocí a mi pareja actual en Facebook, llevamos dos años ya!
A mi me preguntaste eso cuando te agregué en Facebook jaja!!
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