25 septiembre 2009

Sonia 01 (dNS): Cómo desaparecer completamente

Por suerte, no hay más mensajitos. Supongo que captó la indirecta.
Pasa el fin de semana, y nada.
Cuando aparece conectada en el chat de gmail, cierro esa opción del correo.
El tema, la prueba de fuego, es la reunión de trabajo.
Se hace en mi casa.
Por suerte, no es la primera en llegar. Por suerte, cuando ella toca el timbre le digo a otro que no voy a estar bajando todo el tiempo a la planta baja, que el último que llega se hace cargo. Sube, nos saludamos con un beso en la mejilla.
Cacerola.
Hay una voz, dentro de mí.
Cacerola.
En la reunión todos hablamos, aportamos lo nuestro. Doy cuenta de mi sentido del humor -hay ocasiones en que detesto que todos den por sentado que el humor de un encuentro depende, en buena medida, de mí-.
Cacerola.
Prácticamente, no la miro. Se sentó justo delante mío, pero prácticamente no la miro. Soy un tipo civilizado, que hace chistes, que tira ideas, que prepara café, que no la mira.
Cacerolacacerola.
Sin embargo, más allá de lo que digo, de lo que hago, la voz continúa. Es contundente, clara, apabullante, irrefutable.
Cacerolacaerolacacerola.
Tranquilo, me digo, está saliendo todo bien. Vos la tratás bien. Ella te trata bien.
Ella cacerola.
Mierda. Sonrío, pero descubro que nadie hizo un chiste. Ella descubre mi sonrisa, y frunce el ceño. Puede que lea mi pensamiento.
Cacerolaparácacerolameleeelpensamientoboludocacerolacallatevozdemierdacacerola.
Para peor, la reunión encara para su final. Intento alargarlo, pero resulta imposible. Todos tenemos claro todo, todos sabemos lo que debemos hacer, todos sabemos qué nos corresponde.
Cacerola.
Cuando me dispongo a bajar a abrirles la puerta de calle, hago lo que supongo un golpe maestro. Me pongo la campera. Alguien me pregunta por qué. No ella, que me mira con asombro. Explico que tengo que pasar por lo de mi vieja, llevarle guita. Alguien me pregunta a esta hora. Son las doce de la noche, parece. Digo que mamá atraviesa un problema económico, y que eso la mantiene insomne.
Cacerolacacerola.
Ella abre la boca, sé que está a punto de decir
cacerola
que puede alcanzarme. Pero no. Alguien se le adelanta. Dios existe, y envía a alguien que me dice si querés te acerco. Y ella
cacerola
cierra los labios. Creo que entiende
cacerola
la indirecta. Bajamos. Nos despedimos. Beso en la
cacerola
mejilla. Rumbeo para el coche de quien se ofreció a llevarme. Luego me tomaré un taxi de vuelta. Ni en pedo le toco el timbre a mi vieja a esta hora, me mata. Bah, va a pensar que pasó algo malo. Y no pasó nada malo.
Cacerolacacerolacacerola.
Tomo el picaporte de la puerta del coche, y entonces
Cacerolaaaaaaaaaaaaa
una voz me detiene. Es la voz de
Cacerola
ella. Dice que se olvidó algo arriba.
Caerola
Tengo que reconocer que tiene ingenio, recursos inesperados.
Cacerolas
Se acerca con una cara que me intimida.
Cacerola
El flaco que se ofreció a llevarme a lo de mi vieja me mira como preguntando si me espera. Me digo que, probablemente, le debo a
Cacerola
Sonia 01 (dNS) la charla que ella espera. No la verdad, pero sí la charla.
Cacerola
Le digo al flaco que vaya tranquilo, que me tomo un taxi. Sonia 01 (dNS)
Cacerola
me espera junto a la puerta de calle.
Cacerola
Entramos al edificio en silencio. Entramos al ascensor. Ella dice que nos debemos una charla. El eterno problema
de la cacerola
del endeudamiento. Le digo que mejor hablamos
cacerola
arriba. Nos mantenemos en
cacerola
silencio. Entramos. Se sienta. Me siento.
cacerola
¿Y ahora?, pregunta. Me encojo de
cacerolas
hombros. ¿Qué pasó?, pregunta.
Cacerola
Niego con la cabeza, busco las
cacerolas
palabras adecuadas. Suspiro. ¿Qué pasó con todos los mensajes lindos que nos mandábamos?, pregunta.
Cacerola
No puedo, digo al fin. Ella
Cacerola
me mira. Pensé que la ruptura con No Sonia no me había
caceroleado
afectado, pero no, digo. Estoy muy
cacerola
deprimido, digo. Vos no te merecés
cacerola
esto, digo. Ella frunce los labios. Me siento
cacerola
Diego Peretti, bueno, no, Soledad Villamil. Lo digo. No me queda otra que decirlo.
No sos vos, es la cacerola.
No sos vos, soy yo. Puedo esperar, dice ella. No, dejá, no te quiero hacer perder tiempo, digo. Puedo esperarte, en serio, dice
cacerola
ella. No, dejá, en serio, insisto. Nos quedamos en
cacerola
silencio. Me mira. Yo miro
la cacerola
el piso. Una pena, dice ella. Una
cacerola
pena, digo yo. Otro silencio. Bueno, tengo que ir a lo de mi
cacerola
vieja, digo mientras me incorporo. Ella asiente. Me está esperando, agrego. Ella se incorpora. Bajamos. Salimos. Nos despedimos con un beso en la
cacerola
mejilla. Ella se queda de pie. Yo empiezo a caminar hacia Corrientes. Es de noche, está muy fresco. Me pregunto si para sostener esta estafa debería subirme a un taxi. Por suerte, detrás, un motor arranca. El coche de
cacerola
Sonia 01 (dNS) pasa cerca mío, rugiendo. Camino. El coche dobla, se pierde. Paro en un kiosco. Compro una Coca cola. Regreso al edificio. Cuando pongo la llave en la cerradura, me digo que es un problema que haya gente que no sepa leer entre líneas.

13 comentarios:

Agos dijo...

beunisimo,me encanto el recurso

Anónimo dijo...

Hace mucho que no me reía tanto :)
Cacerolaaa!!

Diego Grillo Trubba dijo...

Tana, gracias.

Anónimo, me alegro.

Unknown dijo...

mira con ansias
esperando la verdad:
tu cacerola...

que no digan que este blog no hace probar estilos nuevos...
que incómodo para ambos! no sabía que trabajaban juntos! no hay regla no escrita de no joder en lugares de trabajo?

Lumi dijo...

Jajajaja Por poco, tu voz interna casi se escapa a los gritos con el famoso
C A C E R O L A!!!!!!!!

Menos mal que no solo NO lee entre líneas si no que tampoco lee la mente.

Anónimo dijo...

Teniendo en cuenta la creación de tan meritorio club, y pensando en deidades menores para el altar, les presento a Olguita Kurylenko

http://www.20minutos.es/galeria/3600/1/11/

N.

Anónimo dijo...

uff, ¿se viene el cacerolazo en Abasto?
guada

bletemita dijo...

JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

UN BESO EN LA CACEROLA!

Diego Grillo Trubba dijo...

Serena, creí que siempre había estado claro lo del trabajo, desde el primer post.

N, está muy bien, pero Asia Argento es insuperable.

Bletemita, divina, como siempre.

Diego Grillo Trubba dijo...

Guada, por favor no!!!!

Valquiria dijo...

Cacerola!!!, jajajajajaja, que manera de reirme!, gracias por conseguir que me riese hoy, llevo un dia de mierda, con perdón. Voy un poco retrasada (no quiere decir que lo sea!)en la historia.

Por cierto no es mas ciego que el que no quiere ver!

Besos

Diego Grillo Trubba dijo...

Valquiria, me alegro de que te hayas reído.

Anónimo dijo...

muy bueno, creí que en cualquier momento la llamabas cacerola, ahora era necesario una charla, qué lenta para entender...
pau

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